6 meses cuestionando el futuro del trabajo
O cómo pasé de quedarme sin proyectos facturables a volver a crecer.
En febrero de este año me quedé sin proyectos facturables. No sin trabajo porque he tenido más trabajo que nunca. En 12 años de vida independiente, he tenido 3 fuentes principales de ingresos:
facturación de mi empresa (inicialmente una startup luego una consultora),
honorarios de consultoría independiente,
clases (he hecho clases en distintas universidades además de programas para empresas).
El punto es que si bien el 2024 fue súper positivo, y de hecho lo conté en LinkedIn en un recap, el inicio del 2025 fue pésimo. Tenía un plan B, C, D…pero en febrero sentí la misma urgencia que sentí en el 2002 cuando entré a estudiar economía y gestión en Francia: que todo el mundo facturaba como Shakira menos yo. A diferencia que ahora ya no tenía 19 años sino que casi 42.
Pero en febrero estábamos terminando 3 proyectos grandes y no había ninguno nuevo por empezar.
12 años de vida independiente. 23 años de experiencia profesional (he trabajado desde el primer año de universidad y desde allí nunca paré). 2 pasaportes (Rumania, Canadá) y una residencia definitiva (Chile). 4 idiomas. Una red de contactos tremenda. Facturación cero.
Hasta ahora, desde el 2002 nunca había dejado de recibir un sueldo o de facturar. En la matrix corporativa me despidieron una sola vez y fue el mayor alivio de la vida; primero por salud mental y luego porque ya tenía mi proyecto paralelo en curso y por fin me podía dedicar a lo mío. Me había ganado un capital semilla, tenía mis ahorros y un bono de salida. Era normal no facturar unos meses porque había que construir.
Pero en febrero del 2025 lo sentí de forma diferente. El contexto era otro.
¿En qué fallé?
No lo vi venir. Siempre había tenido un pilar de experimentación de nuevos productos y servicios o de reinversión. Pero nada se levantó lo suficiente.
No me dediqué a vender. Nunca. Todos mis clientes y proyectos nuevos llegaron 1. porque volvían, 2. por recomendación, 3. por LinkedIn.
No cuidé la rentabilidad de la empresa. Me negué a tomar decisiones drásticas con colaboradores hasta el último momento.
En un momento pensé que estaba pagando un karma porque hace años le dije que “no” a BCG cuando me contactaron desde París porque estaban abriendo la oficina en Chile.
A pesar de todo, hice un montón de cosas bien pero eso es para un próximo capítulo.
Fast track a septiembre del 2025 cuando estoy escribiendo eso.
¿Qué hice desde febrero para repuntar?
No es una lista exhaustiva pero algunos puntos relevantes:
Cerré la empresa y bajé el nivel de gastos.
Aceleré aquello que sí estaba funcionando y había crecido mucho en los últimos años: mi actividad como consultora independiente.
En 6 meses hice 3 veces más propuestas comerciales que todo el 2024 completo (!!). Nunca medí ese KPI porque no me preocupó. Hasta ahora.
Salí a hablar con la gente. Fui a un montón de eventos y seguiré yendo. Me tomé un sinfín de cafés en México, Barcelona, Constanta, Sydney, Santiago, Concón.
Me conecté con todo lo que aprendí de macroeconomía. Nunca me gustó la macroeconomía en la universidad porque la encontraba muy abstracta. Ahora lo entendí todo.
Hice autoetnografía y trabajo de design thinking conmigo misma.
Pedí ayuda: desde mi familia a amigos que prestaron orejas para escuchar mis preocupaciones sobre el futuro del trabajo y me dieron contención, inclusive compartieron sus propias preocupaciones.
Entrevisté a un montón de amigos de la industria y colegas de distintos países. Mi canal de YouTube que decidí reactivar en 2024 se convirtió en mi laboratorio de investigación abierta. De hecho te invito a suscribirte.
No puedo estar más agradecida con todas las personas que han estado allí de una u otra forma. A más de alguno le transmití mi preocupación y los hice pensar en el futuro.
¿Resultado?
6 de esas propuestas comerciales ya están andando, inclusive algunos proyectos están terminados. Volví a mi estado natural de “a tope” y hasta tuve que correr el inicio de algunos proyectos para encajar con mi disponibilidad. Honestamente, sería mucho decir que me reinventé porque no fue tanto, pero si mi vida fuese una teleserie, diría que estamos en una nueva temporada. La teleserie estuvo a punto de quedarse sin presupuesto de producción y ahora está volviendo full producción.

Fue un pequeño abismo que me hizo salir de mi burbuja. Durante este tiempo, muchos colegas emprendedores, empresarios o independientes me miraron con la sonrisa de “ah pero pasa seguido, a nosotros nos ha pasado”. Si, pero no a mí, amigos. Me pasó tener pesadillas de liquidez cuando los clientes se atrasaron en pagarnos. Pero siempre he tenido clientes. Lo que no había pasado hasta febrero de este año, es quedarme sin proyectos facturables.
Si te fijas, hasta ahora no he mencionado nada de la IA. Porque no fue la IA. Fue un conjunto de factores internos y externos que se confabularon. ¿La IA aceleró ese proceso? Quizás, pero hubo muchas más cosas sistémicas, además de lo que mencioné más arriba como mis fallos.
El futuro del trabajo
Hay un tema no menor: en qué momento de la vida te pillan los cambios. No es lo mismo quedar sin trabajo facturable a los 20, que a los 40 o 50. A todo eso, no sé si el término “trabajo facturable” es el correcto pero volví a cuestionarme el valor monetario del trabajo, el concepto de ingresos monetarios como fruto del trabajo y el futuro del trabajo en general. A nivel macroeconómico, en algunos países se habla de ingreso universal. A nivel micro, muchos hablan de diversificación de ingresos, ingresos pasivos, pero no deja de ser que la mayoría de nosotros vive del dinero que gana porque trabaja. El trabajo es parte de nuestra identidad. Sin caer en un debate filosófico, al igual que muchos investigadores, pienso que tenemos más preguntas que respuestas. O, como me gusta decirlo, no sabemos lo que no sabemos.
Si hoy estás en el mundo corporativo, te apuesto que ni te estás haciendo estas preguntas. Probablemente piensas que si te despiden, vas a buscar otro trabajo y lo vas a encontrar (lo que te deseo de corazón). Pero, ¿qué pasa si no lo encuentras? Tendrás que crearlo. Los estudios dicen que el trabajo del futuro será mucho más fragmentado de lo que estamos acostumbrados a vivir.
Si me sigues hace tiempo, probablemente ya sabes que me gusta el deporte y sueño con un mundo activo y sano mentalmente y físicamente. Me dedico mucho a generar consciencia en torno a una vida activa. Bueno, de la misma manera en los últimos meses me he dedicado a generar consciencia sobre el futuro del trabajo, particularmente el trabajo intelectual y si nos vamos a un nicho, más aún el trabajo en tecnología. Están pasando muchas cosas detrás de las pantallas que el común de los mortales que tiene un trabajo presencial o está en una empresa de productos y servicios análogos, no está viendo y está bien porque no tiene porqué verlo.
Pero si me estás leyendo y tienes más de 30 años, tienes un trabajo intelectual (y más aún si está relacionado con la tecnología), pronto tendrás que hacerte tus propias preguntas sobre el futuro.
Por mi lado, no tengo la receta (creo que nadie la tiene y si alguien te la vende, huye), pero sí un par de cosas que a mí me han funcionado. Y una de ellas ha sido abrir conversaciones con mi círculo y la comunidad. Por eso mismo te invito que este lunes 15 de septiembre nos acompañes en este conversatorio en vivo sobre el futuro del trabajo y particularmente el trabajo independiente. ¡Nos vemos!
Esti o invingatoare,avem mare incredere in tine.Te iubim mult de tot❤️😘🤗
Esti o invingatoare,avem mare incredere in tine.Te iubim mult de tot❤️😘🤗